Con el correr del tiempo, esa adaptación del medio que el hombre realiza según sus necesidades actuará en su contra , produciendo la extinción de la especie humana.
Para evitar su propia extinción, producto del desequilibrio biológico, es necesario que el hombre recapacite y actúe:
Protegiendo los recursos naturales y las especies silvestres que utiliza indiscriminadamente.
Dentro de la biosfera, cada organismo actúa directa o indirectamente sobre los demás. El hombre que pertenece a ella, también actúa favorable o desfavorablemente; por lo tanto, su acción sobre la naturaleza puede ser constructora o destructora.
El hombre moderno tiende a simplificar las complejas interacciones que existen en las comunidades naturales; por ejemplo, destruye bosques o remueve vegetaciones típicas constituidas por diversas especies a fin de reemplazarlas por el cultivo de una sola especie para su provecho o el de los animales que le sirven para su alimentación.
Pero el hombre no solo transforma el medio, sino que gracias a su capacidad, crea también nuevos ecosistemas artificiales, como las ciudades, cada vez más numerosas se abren camino entre la naturaleza, arrasando en su desenfrenado avance todos los seres vivos que encuentran. Por eso el hombre moderno a provocado una situación de gran relevancia par el futuro de la biosfera e, inevitablemente, para su propio futuro: es el principal causante de la ruptura del equilibrio biológico de la tierra, porque interfiere la obra de la naturaleza actuando en forma desmedida y desordenada. Destruye especies perjudiciales para él y para su cultivo, mata animales a fin de obtener innumerables productos, o simplemente como deporte (caza, pesca) exige a las especies un retroceso permanente en sus poblaciones naturales al extenderse cada día más en su civilización y en forma continua contamina y modifica el ambiente.
Para poder sobrevivir, los seres vivos que integran la biosfera se adaptan al medio, pero el hombre merced a su inteligencia adapta el medio a sus egoístas necesidades.
